Pues bien, se presentaron los dos púgiles en el ring, y la pelea prometía. Pero no fue nada parecida a lo que podíamos suponer en la previa. Un Canelo listo, paciente, manteniendo la distancia, con una cintura envidiable y una manera de hacer rodar los golpes que enviaba Trout, que dieron su fruto en 12 asaltos en el que el tejano nada pudo hacer para llevarse la pelea.
Lo cierto es que Trout no fue Trout y Saúl no fue Saúl, aunque el primero para mal y el segundo para bien.
Un primer asalto de mero estudio que ya nos daba una ligera idea de lo que, sorprendentemente, iba a ser la pelea, dio paso a un segundo donde ya se vio como el de Jalisco adelantaba su mano izquierda en la defensa muy inteligentemente donde Trout impacataba su jab que enviaba esporádicamente. Aunque ese jab de derecha si que fue llegando tímidamente en el tercero, y es que si hay algo que se le puede achacar a Canelo es lo estático que estuvo por momentos, sin un buen juego de pies, pero que más tarde corregiría.
El segundo tercio de la pelea fue cambiando. Empezó con un buen directo de izquierda de Canelo, que entró limpio al rostro de Trout, y que fue el primer aviso real de que Saúl también se había traído las bombas en los puños en su pack de trabajo.
En el 6º ya cambió la pelea. Álvarez dejó paso a la valentía y empezó a atacar con combinaciones de dos y tres manos, y contrarrestó los golpes de Trout con una capacidad asombrosa de esquiva. Fue lo que más llamó la atención. De hecho, en el noveno asalto fue un auténtico recital del Canelo esquivando una y otra vez los directos que le mandaba su compañero de velada y sin guardia ninguna. El público se rendía en pleitesía al ver como lucía el mexicano. Pero volviendo al sexto round y a esas combinaciones, solo tocar la campana del principio del séptimo, Canelo impacta una derecha clara y contundente en la cara del tejano, que hace retroceder a Trout y seguidamente espatarrarse literalmente por la inercia del impacto. Surge la cuenta y todo un round por delante. Saúl podría haber machacado en ese momento, pero su nueva madurez le dio la paciencia que le hacía falta, y en vez de irse con todo y poder llevarse una contra que podría haber sido letal, siguió trabajando como si allí no hubiera pasado nada.
En la última parte de la pelea, llegó otro factor: el cansancio. Y es que fue mútuo. En el décimo ya no habían fuerzas en ningún bando. Eso enfrió algo la pelea, y en ese momento, la cabeza del Canelo funcionó y muy bien. Se ayudó de las cuerdas para salirse de los ataques poco certeros de Austin, y de esas piernas, que aunque se veían cansadas, se movían algo más que al principio. Y así llegó el último, donde yo particularmente pensaba que el de Jalisco iba a ir a por el KO. Pero ya no les quedaban fuerzas a ninguno de los dos púgiles, y la pelea se fue a las cartulinas. Unas cartulinas que, aunque la decisión fue unánime y se saldó con la victoria de Saúl “Canelo” Álavarez, sobretodo la de un juez, me pareció muy exagerada, pero vamos, ninguna novedad en esto de los jueces.
Al final, 115-112, 116-111, 118-109, siendo la última bastante excesiva. Particularmente yo tenia 117-112.
Y así dio por finalizada la pelea. Y ahora, quién va a discutir a Canelo?
En mi humilde opinión he visto a un mexicano que puede hacer historia debido a su corta edad y su madurez, que ahora sí ha alcanzado y con creces. El recital que ha exhibido Saúl ha sido de escuela. Y eso no lo puede discutir nadie. Mas discutible puede ser el nivel de Austin Trout. O fue Canelo quién lo anuló?
Verdaderamente ha sido una gran pelea, y ahora vamos a ver el rumbo que toma Canelo y con quien se enfrenta. Por lo que se refiere a Austin, en la próxima pelea debe sobretodo mejorar su imagen y añadir cosas a su repertorio de boxeo, porque cuando le toca atacar carece muy mucho de recursos.
México tiene un nuevo ídolo, con mayúsculas, y ese ídolo se llama Saúl “Canelo” Álvarez.
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