Nonito se muestra encantado de entrenar en Oxnard y respeta mucho a su siguiente rival, pese a su favoritismo y los 37 años del armenio. “No importa la edad. No será el mismo físicamente pero sigue siendo fuerte y peligroso”, dijo el filipino. “Quiero pelear con Darchinyan y con los mejores. Queremos la revancha con Rigondeaux y espero que eso me inspire para seguir trabajando duro. Ahora con Robert me doy cuenta de mis errores del pasado”.
El tema de la edad es algo que tiene muy en cuenta. “Me hago viejo. Me despierto y me duele todo. Pueden decir que soy joven todavía, tengo 31 años, pero muchos asiáticos envejecemos rápido en el boxeo. Pero todavía me siento bien, creo que es más sobre la motivación. Es algo que hablo con Robert, buscamos que esa motivación regrese. Recargarme mentalmente y espero que podamos recuperar el viejo yo“.
Algo que le inspira en su entrenamiento de cada día es la derrota ante Rigondeaux. “Cada luchador siempre tiene algo que vengar. Pero no es una espina porque lo estoy usando como motivación para saber dónde estoy. ¿Por qué pierdo? ¿Por qué fracaso? Es una motivación para saber quién soy. Para averiguar lo que necesito en el boxeo”, reflexiona.
Se siente a gusto en su actual categoría y no descarta poder subir de peso. “Actualmente me siento bien en las 126 libras. Hace 10 años podría bajar a 112, pero ya no puedo hacer eso. Ahora me doy cuenta de que me cuesta perder peso. Pero sólo queremos seguir avanzando a partir de este momento y seguir subiendo”.
También opinó sobre la derrota de Abner Mares por KO a manos de Jhonny González. “A todo el mundo le puede pasar lo mismo. Es algo que no le hace justicia. Siempre será un campeón. Esperemos que pueda recuperar el título y podamos enfrentarnos. Pero en realidad no es nuestra decisión. Sabemos que queremos pelear, pero los promotores y cadenas de televisión deben ayudar a que suceda. Es difícil”.
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