El Boardwalk Hall de Atlantic City acogerá este próximo sábado uno de los combates más interesantes de las últimas semanas. Lamont Peterson, campeón superligero de la Federación Internacional de Boxeo, se medirá a uno de los más temidos aspirantes de la división, Lucas Matthysse. El vencedor de este pleito se enfrentará con el campeón del Consejo Mundial, el invicto Danny García (26-0; 16ko).
Fue decisión de Golden Boy Promotions –promotora de Peterson y Matthysse-, que finalmente este encuentro se realice en categoría welter y por tanto el título FIB no esté en juego. Opción discutible pero que no resta ni un ápice de emoción a este combate que promete ser de alto voltaje y en el que ambos contendientes se juegan mucho de cara a su futuro.
El argentino, de 30 años, llega con la necesidad imperiosa de ganar y obtener ese billete que le permita conseguir una oportunidad por el cinturón mundialista porque, aunque parezca mentira con sus números y calidad, Lucas nunca ha sido coronado como campeón mundial absoluto, que es como llaman ahora al campeón de verdad, dejando a un lado interinos, latinos, intercontinentales y demás.
“Los jueces no me preocupan porque esto no irá a las tarjetas. Voy a ir por el nocaut”, dice Matthysse. El plan es claro y no lo oculta. La pegada será el factor decisivo en este envite. El argentino tiene 31 ko en 33 victorias. El 94% de sus peleas terminan antes del límite. Las dos ‘derrotas’ por decisión dividida que tiene en su historial, ante Zab Judah y Devon Alexander, son de dudosa verosimilitud.
Así que podemos decir que estamos ante un invicto que representa el rival más duro con el que se ha visto Peterson. El estadounidense es un hombre que gusta del combate cuerpo a cuerpo, no rehuye la guerra de trincheras y se planta a tutear a su adversario, algo que de aplicarlo ante el argentino puede ser un error fatal. Y es que su pegada empequeñece frente a la del sureño.
Peterson tiene 31 victorias, 16 por ko. El rival más cercano con mayor poder al que se ha enfrentado fue Víctor Ortíz en 2010, (75% de ko), quien lo derribó hasta en dos ocasiones en el tercer asalto. Empataron. Mucho tendrá que extremar las precauciones y atinar en su golpeo para poder sobrevivir. Dicen en Argentina que ‘el que no tiene cuchillo come a tirones’. Lucas sólo tiene sus puños y mucha hambre de gloria. El momento le ha llegado.
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